El Partido Comunista de
Cuba es una organización criminal liderada por violadores de leyes, ladrones de
los bienes del pueblo y delincuentes de todo tipo de perfiles, resulta que la
estrategia ahora pasa por hacernos creer en unas falsas aperturas y un
fraudulento cambio, mientras se mantienen íntegras las canonjías de los
totalitarios y sus adláteres, de esos que nos han conducido al actual desastre,
resulta fácil detectar, en medio del cinismo y el asco, el olor aterrador de la
psicopatía dictatorial.
Hasta los propios
Estados Unidos con todo su poderío caen rendidos ante la criminalidad de Castro
y el hecho está probado porque mientras conversaban Dictadura y América sobre
temas relacionados a la compleja migración (el punto más preponderante del chantaje
dictatorial) en el canal
de Panamá le era confiscado un barco lleno de contrabando armamentístico y ni
siquiera se suspendieron unos 5 minutos esas negociaciones, lo que demuestra el
poderío de la psicopatía castrista, la crueldad sin límite de dos hermanos
peligrosos y temerarios, adueñados de toda una isla reconvertida en cárcel y
escondrijo de todos los delincuentes mundiales.
Las notas esenciales en
los cambios propuesto por su majestad Castro II suelen ser la crueldad, la
megalomanía, la ausencia de compasión, la falta de empatía, pero en estos
últimos tiempos late ya una vena desaforada, conspicua, propia de los asesinos
en masa y de los gánsteres mas inescrupulosos e impunes.
Se comprende entonces
que el PCC y Castro II sean, efectivamente, una epidemia, porque no se puede
contaminar más a todo un pueblo. Infeliz cumpleaños Castro I y púdrete en el infierno.