QUIEN DICE, QUE NO SE PUEDE HABLAR.

No debes hablar así, en que te basas para hablar así, tú que has hecho para hablar así. ¿Por qué no hablaste así en Cuba?, es muy fácil hablar así desde afuera. Y así por el estilo, no sé cuantos adjetivos más, se usan a diario contra los cubanos que se expresan libremente en la red.
La demonización de los que opinan en y desde el exilio sobre la dictadura va en aumento y esta actitud no es más que un flaco favor que se le hace a esa odiosa dictadura que nos intimido, nos separo de nuestras familias, nos amenaza mediante controles ilegales de entrada y salida al país que nos vio nacer  y nos ha convertido en la diáspora que más sufre de todos los exilios conocidos en los tiempos de la civilización moderna, nunca antes ningún país de la faz de la tierra atentó tanto contra sus ciudadanos emigrados, como lo hace a día de hoy la dictadura cubana con sus ciudadanos.
Es compresible que tenga más valor hablar de frente a los dictadores que nos oprimen dentro de la isla, pero también tiene significado e importancia expresarse contra los que nos oprimen en cualquier lugar que nos encontremos, lo que si no tiene perdón es criticar desde una posición facilista a los que de alguna forma denuncian con sus comentarios a la dictadura ya que esta manifestación constituye en sí una alabanza a nuestros verdugos.
Cubano habla, opina, vierte tu criterio que es en esa tormenta de ideas y denuncias desde donde florecerá nuestra libertad, todos juntos podemos, debemos enfocar en nuestras mentes un solo enemigo común, la onerosa familia imperial Castro, aquellos que hoy defienden a este imperio solo podemos decirles que aprovechen los que les queda, que la libertad de Cuba por propia fuerza de la naturaleza y el destino ya toca a nuestras puertas y es el futuro próximo e inevitable de nuestro país.
Asistamos al derrumbe de la dictadura cubana con dinamismo, con libertad de expresión, por insignificante que sea lo que expresemos pensemos que es muy necesario para la causa libertaria cubana, no te quedes callado, no ayudes con tu silencio a los agoreros que por beneficio propio pretenden eternizar el poder de los Castro, esos mismos que en sus respectivos países ejercen libremente el derecho a exigir y protestar y que alaban la abolición de esos derechos en Cuba.


AL LADRÓN REVOLUCIONARIO.

A ti que defiendes la dictadura porque la robas a manos llenas va dedicado este artículo y sé que pagaran justos por pecadores, pero resulta menos justo ver como eriges tu bandera en favor de los Castro porque te conviene seguir robando. Levantar un negocio del robo es una panacea, no pagas impuestos, no inviertes y por ende las ganancias se disparan a niveles estratosféricos.
La realidad interna de Cuba la conocemos todos aquí en el exilio y la sufrimos porque eso que llaman estado cubano, que tiene menos luces en materia económica que un cocuyo tuerto nos aplica unas tasas abusivas en cualquier actividad que realicemos vinculada al territorio nacional cubano, entiéndase llamadas, envíos de dinero, tramites y gestiones para salir y entrar en la isla, etc., etc.
La inmensa mayoría del dinero que se envía por concepto de remesas a la isla no llega a las arcas del estado, se queda circulando en el mercado negro y el estado resuelve ese déficit cobrando más impuestos por los servicios que presta, cuando la lógica seria combatir esa lacra que tanto daño hace a la economía con sus robos, pero si se decidieran a erradicar a esos delincuentes entonces la dictadura se quedaría sin apoyo popular, ya que son precisamente los más revolucionarios los que ocupan los puestos de dirección donde se manejan y desvían los recursos del estado.
Que resulta más fácil, lo más fácil es cobrar a los que se fueron por un minuto de llamada entre 0.78 y 1.00 dólar, por una libra de carne comprada y enviada desde la web envió regalos 10.26 dólares, en fin que la actitud reprochable y delincuencial de cada revolucionario cubano y de cada supuesto defensor de la revolución también la pagamos nosotros, los que según el insepulto comandante queremos tumbar su modus vivendi (la revolución) cuando en realidad económicamente somos sus salvadores, sus apuntaladores.
Haciendo un balance rápido para no aburrir con explicaciones muy técnicas e ilustradas podemos mencionar varios puntos calientes generadores de importantes fuentes de dinero negro que el estado nunca llega a ver ingresado en sus cuentas. Un pistero de un CUPET en un año bien aprovechado puede llegar a ganar en negro unos 25’000 dólares y si eso gana el pistero imaginen la cadena que tiene antes de que llegue el producto a sus manos, entiéndase despacho en refinería, pipero transportador, administrador revolucionario de ese CUPET, pongo otro ejemplo más común un empleado de Coopelia o cualquier otro centro gastronómico importante hurta diariamente entre 500 y 1’000 pesos cubanos y aquí volvemos a pensar en la cadena, administrador, jefe de almacén, empresa suministradora, etc, etc.
Muchas de estas personas amasan importantes sumas de dinero y se las traen con ellos por disimiles vías al exilio y un por ciento importante una vez aquí se ven inadaptados al sistema de vida capitalista, al sacrificio que hay que hacer para tener y mantener una vida medianamente honesta y aceptable, caen entonces en el resentimiento, comienzan a extrañar la otrora vida fácil, sin libertad, pero fácil, la libertad no es algo muy importante para los que se convierten en egoístas, maquinas de contar dinero y delincuentes crónicos, para los que gustan de especular y presentar ante sus conciudadanos hundidos en la pobreza por culpa de su honestidad, sus logros como ladrones al amparo del cargo estatal.
Entonces desde este pequeño ejército de inadaptados e insensibles surgen los censuradores, los defensores de la dictadura, esa que tanto dinero les permitió robar fácilmente, son precisamente ellos los que aquí en libertad piden la abolición del embargo, los que critican al exilio histórico y lo etiquetan de radical, claro como a ellos no les quito nada la dictadura, de que daño o perjuicio van hablar, si precisamente son ellos los que ejerciendo hábilmente la doble moral robaron a la dictadura y en compensación por su constante apoyo a ella esta hizo la vista gorda, a la revolución cubana la engalanan banderas tan denigrantes como la corrupción, el desfalco y el desvió de recurso y la revolución hace pagar al exilio cubano por todas estas pérdidas necesarias para su supervivencia un precio bien alto.

LOS CAMBIOS, SIN CAMBIO.


La familia imperial Castro quiere ostentar por la fuerza el monopolio del pensamiento y la palabra de todos los cubanos hasta la muerte, y viven rentabilizando la represión y el terrorismo político de estado, única y exclusivamente para su propio beneficio familiar, en estas condiciones del panorama actual cubano. ¿Quién puede traer bienestar, innovación y competencia para todos?



Le llaman cambios al maquillaje que le quieren dar a la difunta isla de Cuba, para presentarla nuevamente en sociedad como un cadáver reluciente y renovado, pero cadáver al fin. Para iniciar unos cambios con garantías y credibilidad primero que todo tienen que responsabilizarse del cadáver, decir valientemente fuimos nosotros y nadie más los asesinos, tienen que pedir perdón a los familiares (el pueblo cubano) y después emprender con toda humildad los verdaderos cambios que se necesitan empezando por su dimisión, la sociedad cubana de hoy es un cementerio de vivos, que no viven más que para finiticar los días asignados por dios a sus maltrechos cuerpos físicos y cumplir así su obligado ciclo de vida sin otra esperanza que no sea morir, sin sentir que se ha vivido, ni que se ha disfrutado de lo más valioso que tiene el ser humano, la vida.
Hay que despertar de la reticencia, tenemos que dinamizar nuestro discurso y cerrar filas contra los que por su propio bienestar e interés auguran la prolongación del sufrimiento para el pueblo cubano, viendo su filón en el amparo de las élites hereditarias afines a la dictadura y su sistema cerrado de sociedad. 

En la blogosfera cubana se va ampliando cada vez más el sector de los que no se sienten comprometidos con la causa cubana (la libertad) y muchos de ellos no conformes con su posición además se dedican a erosionar nuestra causa intentando crear duda y división. Y ahora más que nunca es cuando tenemos que juntarnos y navegar en una sola dirección, con la misma eficiencia y valor que lo hicimos cuando nos lanzamos al exilio en la búsqueda de nuestra libertad personal, ahora toca ir a por la libertad de todos.

CUBA, ROCK O HIP HOP

Esta estrofa valdría para un Rap:

El día que en Cuba hayan mas ciudadanos cívicos que camaleones estafadores, Yo voy a ver de qué tamaño van a empezar a construir los principios y la vergüenza.




Los Aldeanos otro descaro mas, otro vivir del cuento, algunos jóvenes cubanos de hoy se han especializado mucho en el roll de caperucita "roja", pero en el fondo les gusta vivir junto al lobo, le necesitan y hasta le aman.
¿A esta movida entre Cuba y Miami le llaman intercambio de cultura?, para mi esto es trafico de pacotilla y dolares, es un esnórquel personal para renovar el armario y los electrodomésticos de la casa, otra opción mas que deliberadamente permite la dictadura, esta vez al sector cultural para que no sea solo el personal de la salud los beneficiados que en Venezuela u otros países tercermundistas puedan hacer un poco de dinero y traer pacotilla, aunque estos últimos con la desventaja de poner en peligro su vida en estos países nada seguros.

Los Aldeanos carentes de lógica e ideología definida, sus canciones hoy constituyen una estafa para su publico, el artista tiene que expresar lo que siente, si no, es un camaleón, una maquina de hacer dinero.
No es aceptable vender un discurso disidente en Cuba a través de las canciones y luego en Miami decir cosas tan incoherentes como que Castro no es el problema de Cuba, yo de momento me quedo con el rock.

Un ultimo consejo para estos guaposos, aseres cuando lleguen a La habana contacten con Gorki Águila y cámbienle un poco de su guaperia barata por el valor que de sobra demostró en su viaje a Miami el rokero.

EL BELLO PAÍS DE LA MUERTE

 Fragmento del libro Los funerales de Castro, Vicente Botín.
“No se puede entender la Revolución cubana –dice Cabrera Infante –si no se considera como uno de sus elementos integrales, casi esencial, al suicidio”. Pero el suicidio en Cuba viene de muy atrás. Los aborígenes de la zona, según cuenta Florence Jackson Stoddard, se referían a Cuba como el bello país de la muerte. El demógrafo Juan Pérez de la Riva sitúa en 30`000, casi el 30% de la población nativa, el numero de aborígenes que se suicidaron en la isla para escapar del trabajo esclavo al que los sometían los españoles. De ello da cuenta en su diario fray Bartolomé de las Casas: “Comenzaron a ahorcarse y sucedió a ahorcarse todos juntos, una casa, padres e hijos, viejos y mozos, chicos y grandes y unos pueblos convidaban a otros a que se ahorcasen para que salieran de tantos tormentos y calamidades”.
Los esclavos de las plantaciones de azúcar imitaron a los indios y eligieron muchas veces la vía del suicidio ante el trato brutal que recibían de sus amos. Fernando Ortiz dice que “el esclavo pretendía romper sus ataduras y si bien jamás logro violentamente su libertad como clase social, alcanzo muchas veces burlar a su amo sustrayéndose a la propiedad de este por la fuga o por el recurso supremo de todos los oprimidos impotentes, el suicidio”.
Una forma habitual de quitarse la vida era tragarse la lengua, como hace Pedro, un cimarrón al que dio vida Cirilo Villaverde en su novela Cecilia Valdés: “Ora haya hecho uso el negro de los dedos, ora de un poderoso esfuerzo de absorción, evidente es que, doblando la punta de la lengua hacia dentro, empujó la glotis sobre la tráquea y quedó ésta obliterada, impidiendo la entrada y la salida del aire en los pulmones, o cesando la inspiración y la espiración. He aquí lo que el vulgo llama tragarse la lengua y que nosotros llamamos asfixia por causa mecánica”. Se lo cuenta el doctor Mateu a don Cándido, el dueño de la plantación, quien se lamenta, no por la muerte tan horrorosa del esclavo, sino porque “valía lo que pesaba en oro para el trabajo”.

Eres como una visión en mi locura
y en la copa que me embriaga
veo tu figura, quiero ahogar mi decepción,
y por eso busco en la cerveza
mi tristeza dejar
para olvidar tu amor.
Humo y espuma, bolero de Rolando Rabí. 

Hay quien se marcha también del país cada día y regresa y se vuelve a marchar al día siguiente, arropado por nubes de vapor de alcohol destilado con productos al alcance de bolsillos vacíos. Muchos cubanos, especialmente en las zonas más deprimidas de la capital, fabrican y venden a sus convecinos bálsamos de fierabrás, para darles el coraje necesario para vivir en paz consigo mismos y poder enfrentarse a la desesperación de ver pasar los días y ver pasar los años sin el consuelo de una mentira que les haga creer que algo ha cambiado aunque sepan que todo sigue igual. “Date un trastazo mi hermano, que no hay más ná” es su invitación al olvido. El Azuquín, Chispa e tren, Bájate el blúmer y, sobre todo, el Alcolifán, fabricados con arroz fermentado, papaya, mangos, piñas o cualquier otra fruta, cumplen la función de adormecer los reproches propios y los reproches de “los de allá”, los familiares de Miami que se fueron en balsa, que es la manera cubana de echarse al monte.