Hace solo unos pocos días (en esta semana) me encontré por pura casualidad un compatriota, después del ritual de rigor de todo cubano que se encuentra extramuros (¿de dónde tú eres?, ¿cuánto tiempo llevas?) pasamos a intercambiarnos los planes y estrategias personales futuras de cada uno.
Este cubano me comento con un desenfado total que a él le convenía que Fidel estuviera en el poder y que durara muchos años porque así le daría tiempo de comprarse una destartalada casucha para después repararla y venderla y con el dinero resultante hacerse de una mejor.
Así como este egoísta nacional piensan muchos y mientras estos ciudadanos practiquen la filosofía del sálvese quien pueda Cuba no será liberada de los apoderados que la mal administran.
Si, así somos, no todos claro, siempre en toda sociedad hay una estirpe que no se doblega al mandante de turno y hacen prevalecer su disentimiento y rebeldía a cualquier precio.
En Cuba cuando se concede alguna ventaja gubernamental a un ciudadano enseguida se activa la doble moral revolucionaria y automáticamente este cubano trata de encerrarse en sí mismo para conceder apoyo inmoral e incondicional al gobierno y así tratar de perdurar en el cargo, en su tan ansiado cargo que le permitirá en lo adelante con todo tipo de prácticas inmorales e ilegales sacar adelante a su familia.
A la vista de todos los cubanos esta por ejemplo EL GERENTE con su opulenta casa y su flamante carro ruso Lada, pulcro y reluciente, ¿de dónde lo ha sacado?, no nos engañemos, no encarguemos la investigación a un CSI, lo ha obtenido robando en su flamante corporación.
Caminamos calle arriba, si siempre calle arriba porque calle abajo están las chavolas y sus habitantes sin categoría que solo ostentan la condición de peligro social, seguimos calle arriba sin mirar atrás y vemos una mansión que hace esquina toda rodeada con una cerca que no permite ver al caminante su interior, no importa, el interior te lo describo yo, dentro la habitan un matrimonio de cubanos también agraciados por el régimen, ambos trabajan en la aduana del aeropuerto internacional José Martí. ¿Qué hacen?, Allí desde su omnipotente puesto trabajo, a diario roban y extorsionan a sus semejantes cuando estos arriban a la isla con una valiosa carga de ayuda para sus familias.
¿Sienten remordimiento estos aduaneros?, no señores estos cubanos son de otra clase, están en otra dimensión social, ellos como se dice en la isla están escapando, viven calle arriba, si hay que gritar o activar una chusma para apoyar al tirano están entre los primeros en asistir para que su jefe los vea, ¡coño hay que garantizar seguir robando a los cubanos! “gusanos, traidores y apátridas” que arriban a la isla desde distintos puntos del planeta.
Bueno para concluir esta descripción que es solo una minúscula porción social de todo un ejército de ciudadanos que venden en la isla a diario su alma al diablo mencionamos al flamante secretario del núcleo del PCC, este personaje es el top de la doble moral, se salpica de todas las ventajas de su prole de aguerridos militantes.
Claro que quieres, aquí para sobrevivir y yo hacerme de la vista gorda tienes que compartir lo tuyo mi hermano, dice el flamante secretario y si señores créanlo o no, todo el que está escapando (robando) a su alrededor tiene que tocarlo (sobornarlo) si no le pasan la cuenta (lo desaparecen).
Fidel y su camarilla han diseñado todo un entramado sórdido que ha influido mucho en la dignidad y principios de los cubanos, consiste en dar muy poco, para cuando logres algo, por poco que sea, interiorizar que has triunfado en la vida.
Los cubanos tenemos que abandonar el absurdo de la especulación (alarde de yo tengo y tu no), el obtener las cosas fáciles robando o sentados en una esquina esperando a que llegue la ayuda de los parientes de Miami u otras latitudes, otros golpeando y chivateando a los que no seden ni cambian sus ideas y dignidad por una dádiva gubernamental, solo para salvar el puesto de trabajo que les permite escapar robando y/o chantajeando a sus semejantes.
Hace falta en Cuba un solo sacrificio, un solo impulso, desentendernos totalmente de la doctrina inmoral de los que mandan, una huelga de silencio y cooperación mutua entre los propios cubanos, un sacrificarse de una vez para en lo adelante vivir de lo que logremos honestamente con el trabajo diario, sin sobresaltos, sin represión.
Es muy necesario recuperar en Cuba la verdadera moral ciudadana, desterrar la mentira y decir a toda hora y en cualquier ámbito lo que se sufre y siente, hace falta llamar por su nombre a los policías corruptos que ejercen como auténticos proxenetas, hay que luchar ahora por el futuro, este es el momento.
Cubano di no, al sálvese quien pueda y salvémonos todos ya de una vez.
