EL “DISIMENTE” CUBANO

Dicen los psicólogos entendidos en la materia del pensamiento y el actuar de las personas, que “el 80% de nuestras creencias las adquirimos entre los 0 y los 6 años por lo que salimos al mundo con ese equipaje en el subconsciente”. Sera esta conclusión la que explica que la generación nacida bajo el yugo castrista sigue hoy defendiendo y ayudando (no importando lo lejos o próximos que se encuentren de la isla jaula) a sus verdugos, directa o indirectamente, consciente o inconscientemente.

Seguro que te suenan frases como:

_El imperio revuelto y brutal nos quiere destruir.
_Patria o muerte, venceremos.
_El salvaje bloqueo es el culpable de todo.
_La revolución solo es sacrificio.

Cada una de estas frases son como creencias que todos hemos oído desde nuestra infancia y los que siempre han padecido flojeras mentales y crisis de identidad, les han condicionado su forma de ver la vida y aun estando lejos del caos sufrido en la isla cárcel, ya a salvo, y disfrutando del capitalismo, estas frases les siguen martillando en el subconsciente, son como las gafas a través de las cuales todos ellos ven su propio mundo.

La dictadura castrista les ha follado el cerebro a muchos cubanos, a través de mecanismos eficientes de control les han anulado como seres humanos, muchos desde Madrid, París o Londres sacan cuenta sistemáticamente de cuántos días les queda para retornar a la isla y pagar el diezmo impuesto por la familia imperial, para así no perder la condición de residente permanente en la jaula caribeña. Estas actitudes siempre las he visto como una auto flagelación de la libertad individual, una flaqueza de espíritu e identidad. Estos cubanos creyentes de la revolución, muchos morirán sin limpiar de toda esa basura ideológica castrista su subconsciente, nunca podrán diseñar su propia realidad, vivirán hasta sus últimos días esclavizados aunque estén en libertad.

En otra crisis se encuentran los disidentes, desde aqui afuera se perciben varios bandos con criterios disimiles, emulando un arroz con mango al mejor estilo criollo. Los disidentes molestos cuando no están presos los andan buscando, para golpearlos, para abusarlos y hacerle la vida imposible, y a veces hasta para quitarles la vida si fuera necesario. Y es precisamente a ellos, a los más jodidos, a los que menos abordan los medios, es más fácil para los comunicadores vender a los pulcros y bien vestidos “disilistos” a la par que la dictadura por otro lado los aprovecha en su propio beneficio, ya que les resulta más conveniente enviar al subconsciente de los esclavos de intramuros en la isla jaula, un mensaje de dialogo servil, de aguante y no el peligroso mensaje de la rebelión y la desobediencia, porque ese mensaje si seria dañino para el sustento y la continuidad dictatorial.

Evitando un baño de sangre, llevamos 53 años dándonos un baño de mierda y servilismo.