Mi país es una isla, tan pero tan bonita, que por ser tan bonita es maldecida por una extraña circunstancia, por un accidente (no incidente, ni disidente) político, por una estafa a gran escala nacional. Que la obliga a practicar la chusmería, que elogia y ensalza a cualquiera porque no cree ni en sí mismo. Que obliga a sus ciudadanos a tratar con mimos y cuidados a forasteros que vienen de países donde ejercen libremente el derecho a exigir y protestar y aquí alababan la abolición de esos derechos.
Bueno ¡Basta!, basta ya de boberías. ¡A la mierda! Ni una palabra más, que todo esto es perfecto, que no hay errores, que somos invencibles, cada vez que oigo a un comemierda de estos, asomado a un televisor ladrando, que todo es perfecto, que no hay quien encuentre una falta, salto como un resorte de mi maltrecha silla y comienzo un ritual con voz atronadora que me alivia al expresarme. ¡No puedo tolerar!, ¡No puedo tolerar!, ahora entiendo, ahora comprendo, ¡No puedo tolerar! ¿Quién no se siente acosado, desconcertado, muerto en vida? …¡Todo el mundo!, ¡Todo el mundo! Pero hay miedo. Es tanto el miedo que nadie se atreve siquiera a manifestarlo.
Lo peor es que todo se ha tergiversado de tal modo, todo se ha mezclado, envenenado, contaminado, confundido que ya apenas se puede precisar donde terminan las buenas intenciones y comienza la estafa, porque no les quede la menor duda hemos sido estafados, de tal manera que solamente tenemos una vaga idea de las macabras maquinaciones que se esconden detrás. De tal manera que si llegaras a comprenderlo plenamente enloquecerías al momento. ¡De tal manera que si alguien se atreviese a denunciar o simplemente advertir esta estafa, ya habría otra humillación mayor aguardándole!
Los planes para alimentarnos no marchan bien, no interesa que marchen bien, pero los planes para ofenderte, para rebajarte, para obligarte a decir que sí aunque tú conciencia diga no, aunque mueras de hambre y furia, marchan a la perfección.
Es que no hay escapatorias, es que parece como si todo se hubiese confabulado para hundirte y estuviesen vigilándote, constantemente averiguando, escudriñando:
¡Ah, con que por ahí puedes respirar! ¿Eh? Y ¡Zas! ¡Cierren!.
_Muérete, asfíxiate cabron y canta, canta, canta… Porque esta es la felicidad, esta miseria que te consume es tu porción de revolución.
_ ¡Canta! ¡Canta! Esta humillación perenne a todo el que nos contradiga ¡Canta! no dejes de cantar la oda a nuestro comandante salvador, a nuestra familia imperial, ellos se lo ganaron en la sierra, anda ve, has tu lo mismo, si tienes cojones, si te atreves, pero ¡Canta!, mientras no dejes de cantar ¡Canta a nuestro jefe! ¡A nuestro divino cacique! ¡Canta! aunque en ello te vaya la vida, aunque te quedes sin dignidad, pero ¡Canta!
¿Qué se puede esperar de un pueblo que siempre ha vivido en la esclavitud y el chanchullo?
¿Qué puedes hacer tú para sobrevivir, para no señalarte, sino imitar a los otros?
Tomar su lenguaje, sus maneras, exagerarlo todo aún más para que no te descubran. O quizás intentar todo lo contrario, dejar de imitar, desmarcarte de lo oficial, no decir nada ni en bien ni en mal, simplemente no decir nada, dejar de imitar a los demás, apartarte de la chusmería, dejar de elogiar la falsedad, exigir y protestar, esa es la clave, exigir y protestar.
Exigir y protestar, exigir y protestar, exigir y protestar...
_ ¡Al campo!
_Pero qué coño me dices.
_ ¡Al campo!
_ ¿Trabajar en el campo, me quieres decir?
_ ¡Al campo!
Al campo va a trabajar la resinga de tu madre, para qué coño me hiciste ingeniero nuclear, para que le arrebataste al pueblo todo el dinero que costo mi carrera, para desperdiciarlo ahora recogiendo papas, ¿Cuantos litros de leche fresca costo mi carrera?, ¿Cuántos sacos de malanga costaron mis viajes e investigaciones? ¡No! No me puedes humillar así.
¡Canta! No dejes de cantar.
¡Canta hijo de puta!
Que para eso esta revolución te dio estudios gratis.
¡O muérete, si no sabes cantar!
Que para eso esta revolución te dio medicina gratis.
Gracias a Reinaldo Arenas y su novela "Otra vez el mar" de ella he robado algunas frases.
Gracias a Orlando Luis Pardo a el le fache la foto.
Podríamos decir que este post todo es un robado, nunca mejor dicho.
2 comentarios:
Asere, muy bueno tu post.
Triste realidad la de un pueblo que es incapaz de rebelarse para reclamar sus derechos. Triste realidad la de los cubanos que no acaban de entender que la vida es mucho más que repetir consignas, vestir una careta, mendigar comida y de contra agradecerle a un tirano mentiroso y manipulador, por la sociedad mugrienta, devastada fisica y moralmente que es la Cuba de hoy.
La vida es mucho más que congraciarse con los opresores para satisfacer el ego de los rufianes que componen la elite del poder de la dinastía castrista. La vida, cuando se vive sin dignidad no vale nada.
Que pena por nuestro pueblo y por nuestra patria.
Espe
Bolaisimo asere, ese bulto que tenemos en medio del pecho, esas inquietudes, estan en tu texto, gracias
un abrazo
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