Tráfico de órganos.

Se levanto esa mañana más decidido que nunca, había pasado toda la noche pensando en esa posibilidad, esta pasada noche no consiguió siquiera contar ovejas, ni meditar a su estilo, como de costumbre, donde solía quedarse dormido imaginando ser una hormiga subiendo a uno de esos aviones para desaparecer de la isla y una vez en libertad volver a convertirse en un cubano mas, lo que era.
La decisión estaba tomada, vendería sus dientes para sobrevivir, la dudosa modernidad aportada por la revolución con la introducción forzosa en la dieta cubana de papillas alimenticias con ausencia total de fibra le permitía darse ese lujo, por el camino que vamos ya no habrá más carne, se decía a sí mismo en tono de convencimiento, pensaba, el picadillo de soya y otras pastas de dudosa reputación eran perfectamente digeribles y masticables con las encías y a unas mala si cambiaba la situación cosa que veía imposible albergaba la posibilidad de convencer a su tío residente en Miami y que este le mandara dinero suficiente para una dentadura postiza, aunque esto último no le preocupaba mucho estaba más que convencido que la isla solo por obra divina se pudiera reconvertir en país libre y garante.
Esa tarde ya sin dientes y con unos pocos CUC en el bolsillo producto directo del trueque dental se sentó en el muro del malecón para refrescar, se quito una prótesis que llevaba en su brazo izquierdo el cual perdió en un accidente laboral  allá por los 70 cuando le obligaron a cortar caña sin tener la mas mínima idea de esa labor, en la fracasada zafra de los 10 millones, la deposito con cuidado sobre el muro y unos muchachos que pasaban por allí en ese momento le gritaron.
¡He asere, te quieres ir pal Yuma a pedacitos!
Y el sonrió ampliamente, pero esta vez no pudo mostrar su dentadura, recién la había perdido por culpa de su oligofrenia.


4 comentarios:

Margarita Garcia Alonso dijo...

jajja, duro pero muy comico...menos mal que me haces reir, y desdramatizas todo esto porque tengo una castroangustia del carajo;
abrazos

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Klaritza Morales Calvo dijo...

Menos mal que al menos te quedaban los dientes para biznear y que el brazo que perdiste fué el zurdo porque si no hoy a lo mejor y para desgracia nuestra estuvieras del "otro lado".
Marga, eso de la Castroaangustia es altamente contagioso a través de la internet sobretodo. Les abrazo.

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Singular dijo...

No me parece muy acertado que te rías asi de la desgracia de los cubanos, no se a donde quieres llegar con comentarios como este.

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Klaritza Morales Calvo dijo...

Perdón singular, creo no me entendiste, yo estaba bromeando, crees que me voy a reir de mi propia desgracia?. No quiero llegar a ningún lado, quiero seguir combatiendo al KKKastrismo y todos los oprobios que ha traído al pueblo de Cuba, quiero llegar a una Cuba libre; cuando digo que por lo menos le quedaban dientes (obvio que me refiero a la mala atención odontólogica en Cuba, que hace que muchos lleguen a temprana edad desdentados) amén de todas las demás falencias...y lo zurdo o derecho creo se explica por sí solo, sigo éste blog siempre para reirme y desenchufar un rato, lo que menos quiero es entrar también a acá y que no se entienda cuando diga algo o voy a tener que optar por leer, prohibido opinar (autoimposición, obvio). Vuelvo a pedir disculpas si mis palabras fueron malinterpretadas, Saludos.

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