VILLA MARISTA CONTRA EL EXILIO

Los tozudos estrategas políticos de la siniestra Villa Marista dan órdenes precisas a sus adláteres para que aumenten la violencia física contra los ciudadanos que realizan una disidencia menos pacifica y más visible al pueblo, pretenden parar a toda costa estos intentos de levantamientos sociales que se vienen sucediendo, siempre la dictadura se ha preparado para afrontar una disidencia pacifica de denuncias, proyectos de reformas y notas de prensa que solo tiene eco en extramuros, lo que menos importa ahora a la cúpula gobernante es tener que afrontar protestas populares porque esta opción le dejaría poco margen en su estrategia chambelonera de acometer supuestas reformas solo con el fin de que los máximos dirigentes culminen sus vidas en posesión del poder.

La solución en Cuba no es de bolas de cristal, ni con consultas de santería, es de sentido común, muchos todavía tienen que tomar conciencia y enterarse que nuestro enemigo común entiéndase la policía política se sabe nuestras vidas mejor que nosotros mismos, que lo mejor que se les da son las obras de teatros con puestas en escena tan convincentes como por ejemplo la obra que protagonizan por estos días Silvio y Pablo, dos conocidos corifeos del régimen dictatorial.

Las fantasiosas invasiones enemigas creadas por la mente del descontinuado comandante en jefe, comandante de actos y recepciones, devenido sedentario burócrata que se ha encargado a título personal de desguazar el país y a cuanta gente se le pusiera por delante ya no son creíbles por lo que se han visto obligados a cambiar la mentira y ahora su nuevo argumento está basado en inocular el miedo a un baño de sangre en el pueblo y para evitar esto es necesario según ellos un abrazo entre el exilio y los criollos con la intocable dictadura de directora y supervisora en el medio de ambos bandos, ya muchos dan por válida y buena esta opción desbordados por penosas ambiciones personales, olvidando el martirologio de los miles de cubanos que ha ido abandonado la dictadura y sus verdugos en forma de cadáveres tras su paso durante este largo y oscuro camino recorrido.

Todos los buenos cubanos sabemos lo que sucederá cuando nuestros hermanos se vean libres del yugo castrista, se producirá un gran abrazo nacional de concordia y hermandad con las consabidas excepciones de los ayudantes de la dictadura que tendrán que responder ante las leyes, esta vez con todas las garantías evitando imitar los desmanes y el salvajismo que invadió la isla cuando los delincuentes barbudos la tomaron por asalto y mataron a diestra y siniestra a cuantos creían ellos eran sus enemigos.

Los disgregadores de Villa Marista están haciendo hoy su trabajo, penetran en las mentes oxidadas de los que alguna vez fueron inteligentes o simularon o pretendieron serlo, de los adolescentes que son ajenos a todo el dolor pasado y no vivido, nosotros los llamados recalcitrantes nos apostamos petrificados para tratar de frenar el flujo de los tontos útiles reconvertidos en un falso intercambio cultural haciendo hincapié en un hipócrita y oportunista llamado al amor entre cubanos de aquí (que pueden decir lo que piensan) y de allá (que tienen que decir lo que sus amos piensan). El odio hacia nosotros es tal que desde su apocalipsis socialista pretenden masacrar al exilio histórico por medio de la mentira y los falsos sentimientos de unión recién aflorados y no quieren darse cuenta que el autentico odio siempre ha habitado dentro de la isla, no aquí afuera.