Fidel es ahora el típico gato de yeso que antaño casi todos los hogares tenían sobre el televisor o la mesita de centro, está ahí, todos lo perciben en cuanto entran, pero el muñecón ni canta ni come fruta, el otrora perturbador y oneroso comandante es hoy un despojo humano, tambaleándose para uno y otro lado, con un guarda espaldas especializado en geriatría que no lo suelta ni un segundo, y el hablando sandeces con voz temblorosa que resulta inentendible para los oyentes, si no recordáramos que hace solo unos pocos años era un autentico autócrata, despiadado a la hora de dictar paredón y cárcel para los que trataban de enfrentarlo, daría hasta pena ver al viejecillo de mierda.
Ninguna lastima le tengo al gato de yeso verde olivo, a ese símil de Juantorena de la tercera edad, con su raro chándal que de lejos aparenta ser un pijama y de cerca provoca confusión a la hora de definir si es una prenda deportiva u otra indumentaria, al abuelo lo visten raro, raro. No sé si sea un capricho personal suyo o la venganza de su modisto personal.
Como quiera que sea, por mucho que quieran disimular su salud, a simple vista se ve un viejo encartonado y muy enfermo, al que me imagino que dada su inminente partida al “mucho mas allá” (es que “el mas allá”, todos lo conocemos como el cielo) ya en el infierno se deben estar preparando para su inminente llegada, la devaluación de los terrenos próximos a su morada será un descalabro inmobiliario total y la bolsa de valores en el cielo debe haber caído en picado esta semana después de ver su aparición en público, hoy en el cielo crece la tensión social ante una posible avalancha de inmigrantes, cuando el coma_andante se instale de una vez y para siempre en el infierno.
Hasta nunca más comandante y que el diablo se prepare, lo que le espera no es fácil.
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