LA MALDAD DESPERTÓ AL GENIO.

Ya aburre y resulta un poco pesado leer la cantidad de formulas y recetas mágicas inventadas para tratar de alcanzar la libertad en nuestro país jaula, hay unas que resultan muy elocuentes en la que su fórmula consiste en sacar a tiros a esa banda de mal nacidos atrincherados en el poder dictatorial, otras las mas irracionales diría yo, contemplan propósitos tan banales e inverosímiles como hacerle una felación al dictador menor; Raúl y cuando el anciano se esté viniendo tirarle agua fría para pasmarlo.

El hombre nuevo revolucionario no se adapta a la vida sacrificada y honrada que da como oportunidad mas válida para prosperar el capitalismo, no el hombre nuevo diseñado y creado al antojo de los dictadores criollos solo aprecia el producto terminado de los sacrificios, los viajes turísticos, la especuladera, los trapos, las cadenitas de oro, esas son sus metas vitales no importa que haya que disfrutar toda esta pírrica prosperidad entre barrotes.

Los que promueven el estropicio, los mas visibles adláteres a sueldo, los oportunistas, las gentuzas vomitadas con la hiel verde olivo dictatorial, los que ejercen de tertulianos de la desgracia nacional, los periodistas aparentes, los aparentes periodistas que compran y venden los artículos de los pobres diablos que escriben y crean desde las sombras para engrandecer a otros, los que se babean con las nuevas medidas dictatoriales de flexibilización de barrotes, los succionadores entusiastas de los falos gobernantes. Que miedo me dan estos imbéciles, porque un imbécil puede convertirse en el peor de los malvados.

Yo les aseguro que si por estos días que corren al senador David Rivera se le ocurriera ir a la isla le caería encima una turba revolucionaria y seria aniquilado por el hombre nuevo ¿Por qué? Pues nada más y nada menos que por tratar de borrarle el falso horizonte de los cubanos, allí todos sueñan con hacer cuatro pesitos para salir huyendo y acto seguido al año y un día retornar donde el amo para mostrar sus logros traducidos en baratijas de poca monta y prendas de oro.

Nos dejamos la piel discutiendo que es mejor o peor para los cubanos pero casi siempre dejamos a un lado u omitimos señalar a los verdaderos culpables de nuestras desgracias por miedo, por otra cosa no puede ser, las prohibiciones y la obligatoriedad a callar impuesta habilidosamente por la dictadura como condición fundamental para la readmisión en calidad de esclavo turista con tiempo limitado y controlado tiene anulados a muchos cubanos.

Aquí tamo to lo negro

Que venimo a rogá

Que nos concedan permiso

Para cantá y bailá.

El catauro cubano está repleto de horrores, de su contenido podemos extraer paredones de fusilamientos, juicios amañados e injustos, ausencia total de presunción de inocencia, cárceles, torturas, trabajos forzados, limitaciones de movimiento, hambre, participaciones en guerras ajenas, desigualdades atroces y para colmo hoy el exilio histórico tiene que soportar una bochornosa avalancha de militantes, pintores, escritores, deportistas, tontos útiles e inútiles, gentuza a quien la dictadura premio en su día por sus servicios y que hoy les da una nueva tarea, exigir en el exilio respeto para los dictadores, sustentar la dictadura en nombre de la familia cubana, preservarla y promocionar el almacén de reclusos que tienen bien plantado los Castro en el mar Caribe.

Salimos huyendo, fuimos arrojados, expulsados tanto por mar como por aire, recibimos golpes, insultos y agravios como despedida. Y resulta que ahora también se vienen acá por orden dictatorial a seguir jodiéndonos la vida, a continuar con la humillación, el que extrañe a su familia que vuelva atrás, es lícito y de buenos hombres ayudar a la familia, lo que no resulta licito es lucrarse y especular con las desgracias de otros seres humanos y mucho menos cuando estos son nuestros semejantes, no es muy ético poner a la familia y los sentimientos familiares de excusa para beneficiarse y ayudar con ese beneficio a la dictadura, es verdad que con nosotros rompieron el molde y la maldad despertó al genio.