El iracundo abuelo descacarañado aparece y reaparece por todos sitios, haciendo prevalecer sus ideas absurdas y pasadas de modas, pidiendo hasta donde les permiten sus limitadas fuerzas la libertad de sus 5 asesinos justamente apresados, proyectando una imagen ruinosa y roída por el paso del tiempo, enfundado ahora en una camisa roja a cuadros que parece rescatada de un antiguo y ya extinto uniforme de la heladería Coopelia.
Haciendo ver que el está en talla, que es un dandi de 83 años, aunque se rumoree que se caga y se mea en los pantalones porque su deterioro físico ya no le permite tener el control de su cuerpo, ay lo tenemos nuevamente ejerciendo su actitud relegadora y condenando a su hermano una vez más a la categoría de segundón con su presencia pública absurda e inútil, que solo aporta más desanimo y desconcierto en la extenuada población cubana.
Que pesado se hace para el resto de los mortales, la existencia excesiva de los degenerados.
Ya no se caga en los pantalones, se caga en su bolsita. ¡Qué desgracia nos ha tocado vivir con esa cosa con barba que no acaba de irse al Infierno!
ResponderEliminarY se dice que va a hablar en la asamblea comunista en Cuba.
ResponderEliminar¿Le dará un golpe de estado al hermano?
Estar cerca del abuelo Castro en estos momentos, tiene tanto peligro como entregarle un sierra de gasolina encendida a un mono y meterlo dentro de una guagua llena de gente, por eso todo el mundo le sigue la rima al loco.
ResponderEliminarLo que queda del vejete...
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