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El tiempo y el sentido común.


Hoy les dejo una reflexión muy interesante y profunda que una amiga me dejo en mi muro de Facebook en respuesta a unas cosas que allí puse y son estas que siguen.

En Cuba se ha logrado silenciar hasta el miedo, allí todos han callado demasiado y aunque nadie merezca lo que nos está pasando, a veces hasta el silencio nos pasa la peor de las facturas.
Allá o acá cada uno tendrá sus razones, entre todos podemos sumar hasta 14 millones de buenas y malas razones pero mientras esperamos a que el grito de libertad recorra todos los rincones de nuestro país, nos vamos apagando con el consuelo de que un día nuestro día llegara. Pero la realidad es que aun no llega.

He aquí las reflexiones que hace mi amiga. Ares Marrero María sobre lo anteriormente escrito por mí.

 El tiempo y cierto sentido común adquirido con los años me dice que sólo puedo confiar en el curso de la historia... el devenir operará los cambios.

Dejé de consumirme por lo que no puedo cambiar... Es que casi me muero.

El pasado ya no me duele como antes.... En Cuba la gente vive su dinámica o su inercia, basada en "conseguir" "resolver". 

La mayoría sueña con marcharse...... Mientras, sobrevivir. 

Un panorama cruento, pero sobreviven y dicen que hasta disfrutan sus alegrías. El sol? La playa? La guagua llena, la cultura del "Proletkult"? No sé.

Después de 26 años de ausencia, he vivido más fuera que dentro...

Y también nosotros tenemos que sobrevivir. O mejor, vivir. 
El exilio (si lo dejas) ya sabes que te conmina... Es una maceta sin plantas, una flecha que hiere y no sabes siempre de dónde se dispara...

Ahí se los dejo y para terminar yo agrego:

Emigrar es emprender un viaje que nos lleva fuera de nosotros mismos y al mismo tiempo nos enseña lo que vale tener un país y estar en casa. Como la distancia física y emocional puede actuar como una fina manta de niebla que nos mantiene calientes y seguros. Pero cuando nos damos cuenta que nos hemos quedado sin país, nos sentimos solos y frágiles de nuevo.