LOS GENES QUE LLEVAMOS.

Somos una mezcla de español y africano llevamos una genética muy impetuosa salpicada de mucho léxico (entiéndase muela) y poca acción. No hablamos solo discutimos, escuchamos poco o nada y a nuestra manera, creamos poco e ineficazmente, si seguimos con esta dilatada parsimonia estamos avocados en un futuro muy próximo a vivir en una esclavitud moderna al estilo chino.
Todo el mundo nos mira desde las gradas y nos contemplan como un pueblo mudo, aguantón, educados en un silencio cómplice producto de una represión desmedida y del arraigado sálvese quien pueda que impera en nuestras conciencias, se frotan las manos porque saben que cuando los mayorales de Biran abran la veda se van a forrar montando sus negocios de mano de obra barata y explotación laboral extrema, China queda muy lejos y tener una sucursal de esclavos en el Caribe sería muy rentable para sus valores de inversión y a la vez los inditos rebosarían de alegría al ver sus salarios mensuales de 20 dólares aumentados a 60.
En mi juventud siempre pensé que Cuba tarde o temprano se convertiría en un país útil, con determinación y liderazgo proactivo en el comercio y la tecnología pero con el paso del tiempo esas ideas se han borrado de mi perspectiva, carecemos de flexibilidad y adaptabilidad a lo inesperado y a la incertidumbre, hemos sido neutralizados por los patéticos cuentos de horror y misterio que nos han contado nuestros “lideres” semi analfabetos de origen campesino sobre el capitalismo.
Cuba se desdibuja, 53 años de opresión son muchos años, 50 cubanos protestando y el resto robando y traficando pacotilla, unos soñando con la fuga y otros pidiendo a sus santos para que no les decomisen nada en la aduana, pero todos a la vez callando y acatando los dictados de unos tiranosaurios mal administrándonos y atemorizándonos constantemente nos dejan claro que salvo un milagro nunca seremos libres ni para pedir un plato de comida miren los que le paso a Ivonne Malleza y los que le secundaron en su petición totalmente apolítica de “Cese el hambre, la miseria y la pobreza”.
Santo padre sea usted responsable durante su visita al panóptico castrista y en misa dígale a viva voz a esos manganzones ¡LEVÁNTENSE CABRONES! Si no lo hace, que Dios le perdone.