Miro la ciudad agónica, en ruinas y se me antoja jugar con palabras. Lluvia que nos abandona y retorna para empaparnos fugazmente, caras llenas de espanto derramando espuma por la boca, espuma pegajosa compuesta por burbujas sin oxigeno, casas que sabemos que son casas porque hace medio siglo atrás lo fueron, techos y paredes agrietadas se resisten al derrumbe inminente desafiando cualquier estudio físico, burlándose del momento flector, de los factores de mayoración y minoración de las cargas, en Cuba la formula de momento no es 1/8 de la carga por la longitud al cuadrado, allí la carga es de 52 años y la longitud es un despropósito de ni más ni menos que las 90 millas náuticas que equidistan la libertad de la opresión y con este resultado nos damos cuenta del absurdo, de la torpe necesidad espiritual y material de mantener en pie lo que ya no puede sostenerse.
En esa ciudad oscura de ideologías olvidadas, donde todos sus ciudadanos en una unanimidad no pactada, no twitterizada, no facebookrizada, que fue propagándose de boca en boca, decidieron hace años vender su alma al diablo para sobrevivir, ya no queda nada de lo que dejamos, los arboles desconcertantemente agonizan en la bondad natural del clima tropical, anunciando que en esta masa de tierra aislada y decadente, paraíso de Marabú y Clarias que sacian la inanición de los taínos, el verde es odiado y en sus matices mas olivo solo significa malos presagios, desesperanza, oscuridad y destrucción.
Canto y miento, sobrevivo y luego en mí intimidad me desmiento, una señora esta pariendo sobre las ruinas y la insalubridad acusada, un niño sin boca, sin sentimientos de futuro y en sus extremidades superiores en vez de manos le asoman dos bolsas vacías y elásticas, capaces de acoger en su interior todo lo que le echen, es un niño con intolerancia al amor materno, a la leche materna, a la carne, es un ser humano sin estomago que se alimenta de una materia roja que genera su cerebro al estimularse escuchando discursos llenos de falsas promesas y aplazamientos necesarios por supuestos errores ajenos al locutor.
Donde están los colores exóticos de las frutas, donde las mariposas, donde están los diálogos, las conversaciones amistosas, me responde a mis interrogantes un anciano que pasa sin ojos en la cara, en un susurro con pánico, fueros confiscados, y esos devotos de la dignidad y las buenas costumbres, en el pasado ciudadanos honestos y con buenos sentimientos agonizan en las cárceles, acusados de criticar el desgobierno de nuestros tiranos de hoja lata y están condenados de por vida al ostracismo por no sacralizar el dogma revolucionario.
Me voy corriendo desesperado al cementerio y allí me doy cuenta de la magnitud de tal despropósito, cuando observo junto a las tumbas los difuntos construyendo con sus propios sarcófagos balsas rudimentarias para echarse al mar, intento gritar y no me salen las palabras y en ese momento me doy cuenta que me han quitado la lengua, agonizo en silencio, todo oscurece de pronto.
Van a liberar a Argüelles de su pesadilla.
ResponderEliminarExcelente texto, Asere...(Guillermo), lo leí primero en el blog de Yoani y me conmovió mucho. Desde Argentina, un abrazo solidario.
ResponderEliminarEntiendo tu tristeza para un corazon forastero como el tuyo tanto tiempo alejado de la realidad el mal recuerdo nubla tu pensar pues no te cansas de publicar mas que odio y desazón en tu triste ilusion de que Cuba sera libre se te olvida recordar que los que de verdad la aman no paran de trabajar para su Revolución perfeccionar porque Cuba va a cambiar pero no abandonar la libertad que consiguió y las vidas que costo para atrás ni pensar
ResponderEliminarPor eso amigo mio creo que debes cambiar e historietas mejor publicar creo que mas vas a ganar y tu tristeza apaciguar
Espero te guste