EN EMIGRACIÖN

Me voy Pero estoy volviendo, yendo.

Me voy, pero me atrapan tus controles histéricos.

Ah esbirra ya siento tu presencia, aparecerás por la puerta opaca, que da acceso a un local opaco, con ideas opacas, con tu uniforme de esbirra de turno también opaco, salpicado de penetración ideológica, con esos zapatos chinos marca “Amelia Zaragoza” nombre rimbombante para despistar al consumidor, que han llegado a tus pies por sabe dios que trasmanos ilegales, no hablas todavía pero adivino en tu cara de yo si fui la respuesta a mi solicitud.

Te conozco esbirra, se cómo te obligan a pensar, ha actuar, cómo y cuando tienes que decir el discurso que te imponen decir, ahí estas delante de todos los presuntos cimarrones, de los que quieren abandonar el batey, de los que han traicionado al señor feudal. Aquí estamos nosotros frente a ti, los que decidimos traicionar la revolución y el socialismo, la patria no, la patria no entra en este juego, la patria no es de ustedes, es de todos, estamos esperando tu carta de libertad para echarnos al monte en un avión, rompe el hielo esbirra condénanos de una vez y por todas al ostracismo en los barracones o suéltanos, libéranos con un aprobado o autorizado temporal, cualquier denominación sirve (créete que cuando me monte en el tubo me vas a coger de nuevo).

Al fin se decide, la expectación se dispara en el tumulto, el murmullo molesta porque va en aumento sin que se percaten los esclavos de tal falta de respeto a sus señorías de verde olivo, comienza el llamado de los esclavos para el veredicto final, según van saliendo del cadalso todos los que estamos en la cola adivinamos en sus rostros los que han sido liberados y los que continúan condenados, siento como aquel que esta al final de la larga fila le susurra a un conocido que sale con cara de condenado, -asere reconecta la doble moral que hay que seguir viviendo, hay más tiempo que vida mi hermano, ya escaparas.