foto Orlando Luis Pardo
No queremos otra cosa para Cuba que no sea la libertad total e incondicional en todos los ámbitos, nuestros verdugos consumen todo su tiempo analizando como engañarnos, como sembrar la duda y el odio entre nosotros, como reforzar y hacer mas creíble el marketing que les permita seguir disfrutando de su dolce vita, gozan de la ventaja de trabajar en una sola dirección y con una sola preocupación, mantener sus prebendas a toda costa aunque en ello se comprometa gravemente la subsistencia del pueblo y hasta la seguridad nacional.
Las necesidades de los cubanos nunca han sido una preocupación para la dictadura, el desgaste infringido al pueblo durante todos estos años a veces da resultados inesperados y nada positivos, el no ver una salida al caos impuesto provoca ciertos reclamos en algún sector de la población que son inaceptables para el conjunto de todos los ciudadanos, reclamos bien fabricados por ideólogos de doble moral y sin escrúpulos que miran en un solo sentido, su economía y beneficios personales.
Los cubanos no podemos hincar nuestras rodillas en el suelo porque lo pidan 74 personas en una carta en nombre de la tolerancia o de la prosperidad, después de más de medio siglo soportando leyes y decretos que con total impunidad han secuestrado nuestras opiniones e ideas, que mantienen en peligro constante y comprometen seriamente nuestra libertad, en nombre de qué causa sea esta legitima o no, puede pedir un estado a su pueblo que acepten su condición de ciudadanos de segunda categoría indefinidamente.
Lo que se impone hoy en día en la sociedad cubana es la exigencia, hay que exigir a la dictadura que sea indulgente con los presos políticos y de conciencia restituyéndole su libertad arrebatada por causas y juicios amañados, que abandone la indiferencia crónica por los criterios de los que piensan distinto del discurso oficial, que interpreten de una vez y por toda que la sumisión del pueblo ante las leyes tiene que ser proporcional al respeto y consideración que le tenga ese estado dictatorial a su pueblo.
El primer avance que tiene que dar la dictadura cubana antes de redactar o mandar a redactar por trasmano (o mano negra) cualquier reclamación a alguien, es dar un paso firme y limpio hacia la tolerancia, aceptar con ecuanimidad que Cuba necesita cambios profundos, solo abandonando el miedo, la avaricia y la ignorancia será viable aceptar la convivencia con todos los sectores políticos por diferentes que estos sean en sus planteamientos y proyecciones, para nuestros desvencijados dictadores son tiempos de aceptar con valentía y sin rencor que su revolución esta finiticada y que los cubanos necesitan encaminar sus vidas por otras vertientes políticas y sociales para revivir todo un país de las ruinas y el saqueo en que está sumido.
El destino de los cubanos no lo puede decidir una sola familia, el destino de los cubanos no puede estar en manos de una reducida asamblea donde todos fingen pensar igual que su patriarca y donde está por descontado que alguien comprometa su vida opulenta y algún día tenga el valor de alzar su voz en defensa del pueblo humilde.
En el universo de las republicas bananeras abundan los dirigentes ladrones, desalmados, politiqueros, fraudulentos, que les seducen las coimas, ventajistas, inmorales, que protegen al poderoso extranjero antes que al nacional y Cuba no es la excepción.
Elian el libre:
ResponderEliminarSe muere Fidel.
Dice Raúl en la despedida de duelo del
Comandante en Jefe:
-Lo que enterramos hoy aquí es una
semilla...
Se oye una voz que advierte alarmada entre
la multitud:
-¡El coño de su madre el que la riegue...!