Zoé Valdés.
Como la vida no es una
partida de Póker no se puede dar credito a quien dentro de Cuba (la isla jaula) erija la bandera opositora y a la vez este en contra del embargo, este a favor del obsceno
intercambio cultural en un solo sentido, apoye los
viajes de turistas americanos para inyectar dinero en las arcas imperiales
castristas, apueste por el dialogo con el gobierno como
vía de solución a los graves problemas nacionales, no señores, no nos llamemos a
engaño, no caigamos en la tentación de ver la realidad de una manera tan distorsionada que perturbe irreversiblemente nuestro sentido común.
Si tu apruebas todo lo
antes mencionado no eres ni opositor, ni buen cubano, ponte mejor el cartel
de vividor, de arriesgado, de temerario, de buscavida, se agradecería mucho, pero nunca te auto
titules opositor, porque no es de buenas personas vivir a cuenta de las
desgracias de todo un pueblo, no es de recibo fingir defender una causa
colocando obstáculos que ayuden sutil o abiertamente a la dictadura, no es de
buenos cubanos fingir para seguir robando, disimular para seguir perjudicando y
comprometiendo el futuro de todo un país, son malos hijos los que cobran en
metálico o en especie para hacer una política ineficiente contra la dictadura,
sin ponerle a sus actos responsabilidad, corazón y virtuosismo solo el mezquino
interés personal.
Tome conciencia y por muy
prominente, significativa o escandalosa que haya sido su vida haciendo “oposición”,
no se arrogue el derecho de hablar en nombre de todos los cubanos, acote bien
sus palabras, porque cuando el alma se ablanda y el síndrome de Estocolmo
aflora irremediablemente, se cae en la flojera y la “amanuencia” y es en ese
momento de debilitamiento espiritual cuando hay que dejar bien claro, aunque
sea por vergüenza y dignidad, que sus palabras no son el sentir de la mayoría
de los cubanos.
Para que Cuba sea libre
mañana, se requieren muchos sacrificios hoy, si no renunciamos tajantemente al
trasiego de baratijas, si no dejamos de depositar a manos llenas dólares en las
arcas castristas nunca seremos libres, porque ese negocio familiar llamado
revolución seguirá haciendo caja y funcionando, y ahora que nadie confunda los términos
soy el primero que no estoy en contra de una mínima mesada familiar para cubrir
las primeras necesidades de los hogares cubanos, pero veo con muy malos ojos los
viajes de turismo, el ejercicio de la prostitución previo pago dentro de la
jaula, el envío de objetos Fausto, de ostentosos trapos de marca y
electrodomésticos que solo contribuyen a inflar las arcas de la familia
imperial con los desproporcionados aranceles fronterizos impuestos.
Mis respetos (lo quiero
dejar bien claro) para los buenos opositores, para los de verdad, que los hay y
no son pocos, aunque Castro en sus ratos libres se divierta asesinándolos con
su cola, como si de moscas se trataran.