En estos días Washington pide propuestas para fondos de ayuda a la sociedad civil en Cuba y a mí se me antoja una propuesta muy singular y la comento desde mi miopía política y poniéndome en el lugar de cualquiera que esté allí dentro de la jaula.
Yo soy del criterio que todo ese dinero hay que entregárselo íntegramente a la disidencia interna, con buena fe y sin prejuicios de ningún tipo, Se preguntaran ¿Para qué?, pues para que eleven su nivel de vida y tengan un poder adquisitivo equiparado o superior al que tienen todos aquellos que allí fingen impecablemente estar con la dictadura, para robar a manos llenas los recursos que esta pone en sus manos para que los administren y así vivir dentro de aquella desgracia sin el mas mínimo interés de que aquello cambie para bien de todos.
Tenemos que dinamizar nuestra lucha, no podemos quedarnos encartonados en los principios y estrategias de los años 60, hay que ensayar una nueva variante de lucha interna alejada del patriotismo desbordante, de los discursos catastróficos y de las frases moralistas e idílicas de José Martí, hay que especular a la par de los que fingen ser revolucionarios para sobrevivir, este planteamiento podría parecer muy descabellado, pero saquemos cuenta de que con la dictadura está funcionando y es su sustento en el poder a día de hoy.
Los resultados de esta estrategia en la practica no se harían esperar, cuando el pueblo vea por dónde van los tiros inmediatamente vendría el efecto dominó y la cambiadera de bando seria masiva y equiparable al empeño que ponen muchos todavía en ser militantes para poder robar.
Un amigo mío cuando veía las asistencias multitudinarias a la plaza para simular venerar al dictador, siempre me decía. Tú ves a toda esa multitud de disciplinados carneros, si ahora mismo los americanos tiraran 2 aviones de pitusas en Guanabo, en menos de lo que canta un gallo esto se quedaría vacio y razón no le faltaba en su fantasía textil.
El pueblo cubano durante todos estos años ha sido despojado de todo bien material, incluso teniendo recursos se hace el doble de dificultoso poder entrar a la isla cárcel cualquier elemento de bienestar y aun así cada día el pueblo allí sigue demostrando una simplicidad sin límites a la hora de hacer un profundo análisis político-social para elegir la opción más conveniente para ellos y todo esto lo justifica el miedo sin límites que tienen los cubanos al castigo desproporcionado y cruel que es capaz de infringirles la dictadura por cualquier desobediencia o desliz.
Cuba es un mural gigante dibujado personalmente por Castro a su capricho y antojo, una gran obra que representa su grotesco sueño, con un mensaje demoledor que protagoniza el pie del enorme dibujo, anunciando con colores vivos “Si te metes con mi sueño no vivirás para contarlo, firmado el comandante” pero lo que más se ha rentabilizado en esa obra diabólica de 52 años ha sido la mentira, que están representadas por un enorme meprobamato, una escuela y un hospital, la tan conocida tableta representa la dormida que le ha dado el tirano a todo el pueblo, a base de muela bizca y de la ración oportuna de represión a los menos adaptados, han mediatizado a todos allí haciéndoles ver que la educación y la salud son unos logros insuperables e insustituibles y todos se lo han creído o al menos lo cacarean disciplinadamente cuando le son preguntados al respecto y cuando usted conoce y compara con otros países, la realidad nos dice que los maestros lo que dan es pena, ya no solo por su vestimenta sino también por su preparación y conocimientos desactualizados, los médicos actúan como curanderos medievales o recaderos de vete y dile a tu pariente que te mande esto que aquí no lo hay.
La lectura de todo este descalabro que nos dice, que hay que echar una competencia con la dictadura a ver quien especula mas, ellos no creen en principios ni entran en razones entonces con ellos hay que ir a saco, hay que apartarse de las buenas formas y de las suplicas que no serán nunca escuchadas, hay que comerle el coco a la manada y que sean ellos mismos los que saquen por la fuerza a la mafia de los Castro, suelten el baro para las calles cubanas, no lo dejen en las instituciones, ni lo inviertan en programas absurdos, denle circo a los inditos revolucionarios, que ellos lo que quieren es circo, para ver como el león devora al cruel domador.