De que nos sirve que un hijo de puta dirigente revolucionario deserte de la dictadura que defendió con uñas y dientes por su propio interés personal y material en pleno 2011, yo pienso que uno de los grandes obstáculos que tenemos en el arduo camino a la conquista de la libertad los cubanos es ese comodín que suelen emplear los máximos responsables de la desgracia de todos los cubanos, que mientras viven a todo tren de los beneficios de sus robos y la corrupción que les permiten sus cargos en la isla, gritan a viva voz esta calle es de Fidel y agreden a humildes ciudadanos, cuando estos intentan tímidamente hacer valer sus criterios e ideas.
Hay que poner un tope a la ignominia y al agravio esta gentuza tiene que tener un plazo para acogerse a la sensatez y abrazar los intereses libertarios de Cuba o de lo contrario renunciar de por vida a la opción de ser acogido en el exilio, tenemos que alzar la voz y decir, si apoyas la dictadura te hundes con ella, hoy ya no resulta necesario probar que esos dirigentes revolucionarios no tienen principios y su sensibilidad humana solo está supeditada a la teoría del “sálvese quien pueda” y a la doble moral endémica, ellos mismos se han encargado de probarlo a lo largo de estos onerosos 52 años de tiranía despiadada.
Basta de contemplaciones, si nosotros desde el exilio con duras pero necesarias leyes no ayudamos a la oposición interna les estamos entregado nuestras armas a los esbirros de la dictadura, también es necesario no dejarnos confundir y no apoyar económicamente desde el aquí esas aspirinas revolucionarias temporales que les están administrando los tiranos a sus carneros censados y forzosamente nacionalizados de por vida a la esclavitud imperial de la familia Castro, luego que pasen este bache económico profundo y aparezca alguna vía para reflotar el terror institucional, volverá la repetición de los mismos agravios, reprimirán a los trasnochados empresarios tildándolos de indigentes-delincuentes amantes del neoliberalismo, le decomisaran arbitrariamente sus andrajos obtenidos del tonto sacrificio empresarial y todo volverá a lo que antes era, nada un país de mierda, donde los inútiles son la moneda de cambio del bienestar de sus dictadores, y donde los que se fueron acogen sin problemas en el seno del exilio a los que colaboraron obstaculizando en su día la tan necesaria libertad de todos los cubanos.
Para uno que vocifera y participa de las hordas, turbas o como quiera llamársele a esa podredumbre humana, orquestadas y dirigidas por la dictadura no puede haber ley de ajuste cubano, para un dirigente revolucionario no puede haber ley de ajuste cubano, tenemos que proponernos seriamente apoyar con mayor efectividad la oposición interna si queremos tener algún día una patria libre.
A los lacayos defensores de los Castro y su infamia, opción cero.